No te vayas

Te veo desde mi ventana, ¡tan hermosa y qué brillante!, como siempre. Es tarde, todos duermen, una ciudad completa descansa para comenzar, en unas horas, su rutina. Yo te admiro en silencio. Tienes tanta magia, tanto poder y tanta simpleza al mismo tiempo.
Tu rostro pálido y triste tiene algo que decir. ¿Por qué esa melancolía? ¿Por qué te alejas? No digas nada, te siento. Creo saber tus razones, si, te entiendo. Y ahora, ¿Por qué te escondes? No, no te escondas, eres muy bella para dejarte escapar. No dejes que te tapen, no permitas que te opaquen. Por favor, hermosa, quédate. Lo sé, entiendo tu dolor, mas no aumentes el mío. ¿Qué puedo hacer? Por favor dime y lo haré. ¡No, ya casi no puedo verte! Cómo permites eso. Date cuenta, por favor, ese brillo, esa hermosura, esa simpleza inigualable, ese no se qué que posee tu blanco rostro es irremplazable. Lo siento, se que hago daño, soy un egoísta, solo pienso en mi, mas ahora te quiero a ti. Ahora te necesito. Juro no hacerte daño, tan solo quiero admirarte, a esta distancia, a la que estás ahora. No, no te tocaré, pero no te escondas, solo quiero mirarte. Es que me llenas tanto con tu hermosura. Me inspiras miles de sentimientos que hacen rebalsar mi corazón, me hacen darme cuenta lo que realmente soy, lo pequeño e incluso lo nada que soy. Al mirarte, con tu triste y cansado rostro, veo lo que he echo. Lo siento, de verdad, LO SIENTO. No te sigas escondiendo. Eres mi fuerza, por favor quédate, hermosa luna, no dejes que la tierra opaque tu brillo y tape tu hermosura, eres mucho más de lo que crees, posees mucha más vida de lo que piensan. Sé que te alejas, lentamente, se que repugnas lo que hago, sé que lloras por la Tierra, se que temes por tu vida, se que giras por inercia y brillas sin voluntad.
Tienes razón, pequeña Luna, témeme, deja que la tierra te esconda, aléjate. Me hacías feliz con admirarte cada noche, mas a veces no tengo conciencia de mis actos. Aléjate, no te quedes, deja que la Tierra, herida, te esconda...